Un espacio para poner nuestra atención e interés en nuestra familia del seminario, de contemplar a Cristo junto a mi hermano y que camina en el mismo ideal vocacional; de reconocer que estamos en la misma barca y que remamos hacia un mismo destino. Por ello, este tiempo de Pascua es ahora una ocasión para el servicio a los demás, de activar nuestra solidaridad y de ir al encuentro del otro que está necesitado de afecto, de amor y de perdón, porque somos conscientes de que solos nos hundimos y no nos salvamos.
Finamente, como comunidad del seminario, pedimos al Señor que durante este tiempo pascual, alimente nuestra fe y anime nuestra vocación, reavive el deseo de dar una respuesta generosa al llamado de Dios y de servir a nuestros hermanos. Que sea también esta una ocasión para fortalecer la unidad, los vínculos de amistad y de solidaridad en medio de nuestra comunidad del seminario. Y de esta manera tomemos parte en el triunfo de Cristo sobre la muerte y alcancemos la Salvación, con la compañía e intercesión de Nuestra Señora de la Asunción y de San José, patrono de nuestro seminario.