La preparación especial que el Seminario Mayor ha dispuesto para esta celebración está marcada por la realización de la novena a San José en los días previos a la solemnidad, que nos ha ayudado a disponer el corazón por medio de la contemplación de las virtudes de este Santo Varón y su papel fundamental en la obra de salvación y en la vida de la Iglesia. La llegada de esta celebración, constituye uno de los momentos más importantes para nuestra comunidad del Seminario, que se reúne para vivir fraternalmente en esta fecha, y, por medio de la celebración Eucarística en honor a San José y el compartir por medio de diversas actividades , manifiesta la alegría que inunda esta casa encomendada al patrocinio de este Varón prudente y justo. Ha sido una fuente riquísima la lectura de la Carta Apostólica Patris corde, recordando que nuestro patrono nos acoge con corazón de padre amado, en la ternura, en la obediencia y en la acogida. También se destaca la participación en la Mañana Josefina, celebrada de manera virtual y organizada por los Padres sulpicianos, ocasión propicia para conocer con más detalle las virtudes que han hecho bienaventurado a San José.
Un agradecimiento muy especial a quienes hicieron parte de la primera comunidad del Seminario Mayor y nos acompañaron en esta celebración, regalándonos un testimonio invaluable y ánimo para seguir respondiéndole al Señor. Con la exhortación de Mons. Héctor Cubillo Peña, a confiar plenamente en la Providencia divina y seguir obedientes a la Voluntad del Padre, nos acercamos así también a la celebración de la Semana Santa.
La Fiesta Patronal se convierte en el momento propicio para agradecer a Dios por la vida del Seminario Mayor, acompañada por San José en estos cuarenta años de actividades, y seguir pidiendo a nuestro bienaventurado protector, que, así como defendió y custodió con amor a la Sagrada Familia de Nazaret, siga intercediendo por esta comunidad que se goza en su patrocinio y confía en su intercesión.